¡Oh San Valentín!

 

¡Oh San Valentín! ¡Dulce y empalagoso San Valentín! Y no es que odie este día ni nada por el estilo, ya que enamorada lo estoy ¡y mucho! Enamorada de mi noviete majete, enamorada de los pequeños detalles, de los pequeños momentos... ¡enamorada de la vida!

 Pero creo que este año los comercios han abusado de la publicidad y los anuncios subliminales que te dicen ¡COMPRA! ¡QUIÉRELO AHORA O NUNCA! Y ciertamente el ahora o nunca no existe, a mi me vale el "siempre". Pero aprovechando que ayer fue un día romanticón, pastelón, muy rojo y rosa y taaaan empalagoso, os quiero hablar de Los Muñecos de la Tarta de Bodas. Y merece la pena que use las mayúsculas para nombrar este apartado, porque creedme, para mi es otro micro-mundo nupcial.

 Las dos veces que me han regalado unos pareja de novios en alguna boda siempre los he encontrado muy monos y entrañables. Pero ahora que me toca buscar "aquellos novios que presidirán mi tarta" la cosa se complica... y es que no me vale cualquiera, ¡no!

 En el restaurante donde nos casamos nos regalan una parejita muy mona, pero creo que no es del estilo que quisiera...

                            

Hace muchísimos meses, cuando era consciente que me casaba, compré por internet unos mini-novios de madera para auto-decorar. Una moda un tanto americana, que sinceramente, a mi me encantaba (y me sigue encantando). De momento aún están en la estantería esperando a ser pintados... Pero vendrían a ser algo como esto:

                            

Lo malo de esta parejita tan mona, es que son diminutos, y no lucirán lo suficiente encima de la tarta, así que: DESCARTADO.

Otra tendencia americana es que te "tuneen" los mini-novios con ropitas, tul, alambre y accesorios varios. Bonito, bonito, pero debido a su coste (y a que prefiero hacer las manualidades yo): DESCARTADO.

                               

Después nos encontramos con esa tendencia de poner animalitos varios (pasando de personas) pero cuando intento pensar en algún animalito que nos identifique acabo pensando que... DESCARTADO.

                                      

Una alternativa divertida son los novios-molones, que más bien dan un poquito de risa, pero que a la vez te hacen gracia. De momento no los descarto, aunque tendría que echar mano de la pintura marrón para teñir esa melena rubia.

                                

Y por último, pero no menos novedoso o bonito... los novios románticos de metal ¡ME ENCANTAN! Los encuentro tan... ¡pues eso! ¡románticos y dulces! 

                                

                               

Pero si pensáis que aquí acaba todo y que ya estoy muy muy muy decidida a comprarme estos últimos novios estáis muy equivocados/as... Me ronda por la cabeza hacer unos novios de papel maché inspirados en nuestro dibujo/caricatura donde salimos con la Bimba. Aix no se si me quedará tiempo para tanto jaleo... pero en ese caso, optaría por comprar los últimos, y si en vez de tiempo me faltara el dinero, ya si eso me quedo con los que me regala el restaurante, que bien mirados son muy majos. Además creo que nos representan a la perfección (el Juanka llevándome en brazos por dos razones: por lo cansina que llego a ser muchas veces, y por la calidad de mi espalda) ;)