martes, 17 de julio de 2012

Momentos de placer

Después de la ceremonia hubo arroz, ¡muuucho arroz! Creo que con el arroz que recopilamos los dos podríamos haber hecho una paella. Besos por aquí, besos por allá, felicitaciones por aquí, felicitaciones por allá... y Juanka junto con mis padres fueron a soltar a nuestras Bimba y Lola! Las dos preciosísimas con sus lazos rosas corrieron a saludar a todo el mundo y se hicieron fotos con nosotros también.



Mientras los invitados iban para el restaurante, nosotros quisimos hacer una breve parada de camino. No sé si he explicado alguna vez, que mi sueño era hacerme fotos con amapolas. Cuando quedamos con Jessica Quadra para hacer el reportaje Pre-Boda, apenas habían salido las primeras... Pero los días antes de la boda, cada vez que íbamos al Mas de Can Riera a acabar de gestionarlo todo, pasábamos por un campo precioso plagado de pequeñas amapolas. Así que la parada por allí era obligatoria ;)



¡Que bonito estaba todo! Había llegado el momento de ver todos y cada unos de los detalles que habíamos estado preparando durante tanto tiempo, pero sobretodo había llegado el momento de que todo el mundo los disfrutara...




El sitting plan con los nombres de cada uno atados a una llavecita, los corazones marca-sitios, las minutas, los servilleteros, el juego fotográfico, los marcos de los números de mesas, la decoración floral (a cargo de Marta de "Nektar", ¡quedó precioso todo!) 



Por cierto, tanto el ramo de novia como los ramilletes de las Damas de Honor son de "Flowers by Bornay", ¡hacen maravillas con las flores! No dudaría nunca en volver a escogerlos para celebrar algo... mmm ¿nuestros 25 años de casados tal vez? jajajaja creo que alguien me mata si tiene que volver a casarse... :P





Y hasta aquí el aperitivo, ¡donde todo estaba buenísssssimo! Creo que nadie olvidará la casita de los quesos... Se hizo un rato muy agradable donde todo el mundo pudo disfrutar de un ratito de paz y tranquilidad, donde tanto Juan Carlos como yo pudimos disfrutar de la compañía de todos y cada uno de los invitados. Hubo un momento para todo, hablar, reír, comentar, comer, descansar... la verdad que lo recuerdo como un ratito muy agradable.

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