lunes, 9 de julio de 2012

En casa de la novia...


Ya bien maquillada y bien peinada, solo faltaba esperar que fuera la hora de vestirse, así que cogí mi batín rosa (no sabéis la de vueltas que di buscando un batín así... no podía hacerme las fotos de cualquier manera ;) ) y esperé a que llegaran mis Damas de Honor, que por cierto iban todas ¡GUAPÍSIMAS! Cada una a su estilo, ¡pero tremendamente estilosas! En la foto de arriba podéis ver el cojín que cosí para llevar las alianzas (¡divino!).
 Y entre jijis y jajás de repente llaman al timbre... ¡la fotógrafa y los del vídeo ya están aquí! Creo que ese fue el único momento de histeria colectiva e individual que hubo... Mis padres aún estaban por vestir y... ¡ya estaban aquí!


Subimos para la habitación de mis padres y ahí nos encerramos, convirtiendo la habitación en los aposentos de la novia ;) Quitamos la funda y descubrimos el precioso y tormentoso vestido de novia. Es muy raro, es una sensación muy especial... Después de tanto tiempo, tantas pruebas, tantos dolores de cabeza... por fin te colocas el soñado vestido para llevarlo todo el día. Pero a todo esto, pensad que no me puse nerviosa en ningún momento, creo que fueron tantas y tantas las veces que soñé con cada momento de ese día, que es como si ya lo hubiera vivido todo, sabía que todo saldría bien.



Vestido, zapatos, retocamos el maquillaje... 


Súper importante ¡la LIGA! Algo prestado por mi amiga Eli, novia del año anterior. Pendientes, mi amada y querida pulsera de Galicia...



Y cuando ya luces con el kit completo, sientes un cosquilleo especial, ha llegado el momento...


1 comentario: