domingo, 24 de julio de 2011

¡Sí, quiero!


Realmente fue el regalo de cumpleaños más bonito que me podrían haber hecho nunca, ¡y no por aquello que un diamante es para siempre! Que noooo! Por el valor sentimental que tiene y por el valor que tuvo que reunir él para decidirse, en resumen, un regalo con muchísimo VALOR!

Y claro, ¿qué es lo habitual después de que te pidan matrimonio y encima sea tu cumpleaños? Ir a cantarlo a los cuatro vientos y salir a celebrarlo, ¿o no? Pues no. Si que corrí a contárselo a mis padres y a mis suegros, pero poco me duró el papel de "eufórica portadora de buenas noticias". Supongo que del super subidón, de la emoción, de la euforia y de los nervios, me dio una migraña que pa' que, que acabó dejándome planchada en la cama a las 14'00h del mediodía.
 ¡Claro que teníamos planes de celebración de mi 25 cumpleaños!, pero ¿para que estar comiendo en el Pendejo tan ricamente y luego ir a Barcelona al teatro, cuando puedes quedarte durmiendo toda la tarde con un dolor de cabeza bestial? 

Aix, en fín, no soy apta para emociones tan fuertes, y es que, que te pidan matrimonio no pasa todos los días ¿eh? ;)


A pesar de lo mal que me encontraba... ¡había que comer un trocito de ese pastel tan bueno! (a los dulces no se les puede perdonar)

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