lunes, 25 de julio de 2011

¿En el campo, en la playa...?

Ideas, ideas, muchas ideas! Esas que se iban paseando por mi cabeza. Yo ya lo veía muy claro, ¡nos íbamos a casar en el campo! Una casa de colonias, en medio de la montaña, los invitados esperan sentados en cubiletes de paja decorados... Me veía cual florecilla silvestre entre mariposas y pajarillos.
 La idea en si es muy bonita, pero cuando te paras a pensar en todos los detalles que tienes que tener en cuenta: que si el catering a parte de la casa, desplázate para allí, que se desplacen los invitados... ¡aiaiai! ¡cuantos problemas y dolores de cabeza, fuera!



Lo volvía a ver claro, ¡nos íbamos a casar en la playa! En medio de la arena blanca, con una carpita decorada, la brisa del mar... Me veía cual sirena tumbada al sol entre ola y ola.
 Pero ¿y dónde? ¿y si llueve? ¿y si, y si, y si?... ¡cuantos problemas y dolores de cabeza, fuera!

Así que nada, toqué de pies en la tierra (una de las pocas veces) y empezamos a buscar restaurantes que estuvieran relativamente cerca de Sabadell, que fueran preciosísimos y asequibles para nuestro bolsillo (porque es sentir la palabra BODA ¡y no veas las flipadas que nos pegamos!).

Así fue como encontramos "nuestro restaurante", pero eso lo dejaremos para otro día ;)

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